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miércoles, 15 de julio de 2015

Abejas de cestillo


ABEJAS DE CESTILLO

Abejas cortadoras de hojas, abejas albañiles, abejas cuco o abejas de cestillo... Todos estos nombres, entre otros, definen a las especies que conforman la familia de los megaquílidos, un grupo de abejas con unas costumbres muy curiosas.

CLASIFICACIÓN

Tipo: Artrópodos

Subtipo: Antenados

Clase: insectos

Orden: Himenópteros

Superfamilia: Apoideos

Familia: Megaquílidos

LA ALIMENTACIÓN

Tanto los insectos adultos como sus larvas se alimentan en exclusiva de materia vegetal, en concreto de néctar y polen que las hembras recogen de las flores, mientras que las larvas lo hacen de la comida que se encuentra en la celdas en las que se desarrollan y que ha sido depositada por sus madres durante el proceso de construcción de los nidos y antes de las puesta de los huevos.

LA RECOLECCIÓN

La disposición de la escopa en la parte inferior del abdomen de estas abejas las obliga a llevar a cabo unos curiosos movimientos en la corolas de las flores, como si nadasen entre los estambres, ya que deben frotar su abdomen contra ellos para que los granos de polen se vayan acumulando ente los pelillos que forman el saquito recolector. Eso hace que su cuerpo quede inpregnado de polen y, como consecuencia, que sean unos de los insectos polinizadores más eficientes. Cuando una abeja recubierta de polen visita otra flor, buena parte del que transporta en su cuerpo se desprende, y la posibilidades de polinización son muy elevadas

LA PUESTA

Las hembra ponen un solo huevo en cada una de las cámaras en las que e desarrollarán las larvas. Previamente las abejas han llenado las celdas de alimento, consiste en una mezcla de polen y néctar. La larva que nazca de cada uno de esos huevo debe disponer de la comida necesaria para desarrollarse totalmente, ya que no abandonará la celda hasta que se haya convertido en imago.

EL NIDO

La construcción del nido varía de unas abejas a otras. Los materiales empleados dependen de la especie en cuestión, y mientras que algunas lo hacen con resina, otras usan barro. Unas de las más llamativas son las que los construyen con trozos de las hojas de las plantas, que cortan con sus mandíbulas y transportan con sus patas. Con esos fragmentos de hojas recubren el interior de los agujeros tubulares en los que crían para formar unas cámaras tabicadas en cuyo interior se desarrollarán. Otras especies aprovechan las conchas vacías de los de los caracoles para construir las celdillas en su interior.



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